Alquimia Mental
- Diego Morales
- 9 ago 2020
- 5 Min. de lectura
Beatriz Bilbao (1951)
Compositora venezolana nacida en Caracas, realizó estudios de piano con los profesores Judith Jaimes and Gerty Haas, composición con Modesta Bor y dirección con Alberto Grau y Gonzalo Castellanos. Completó sus estudios en los Estados Unidos (Indiana University Music School con Frederick Fox, Juan Orrego Salas y John Eaton y en el New England Conservatory of Music) así como en Rumania (Cluj Napoca Conservatory). Dedicada compositora y pedagoga, Bilbao ha ocupado diversas posiciones en las principales casas de estudios venezolanas incluyendo el Instituto Universitario de Estudios Musicales (IUDEM), hoy UNEARTE. Entre los premios recibidos se cuentan el Primer Premio de Composición Seguros La Previsora por su obra Concierto de las Tres Esferas (1989), el Premio Municipal por sus obras Trilogía Aborígen y Four Color Dances (1994) y el Premio Nacional Ramón Delgado Palacios por su obra para piano Secuencias Mestizas (1995).
Atmósfera en el tiempo detenida, niebla expectante.
Multi-orquestaciones luminarias de luna rosa y roja
se anticipaban ante las predicciones originadas por
congregaciones planetarias nunca vistas.
Tensiones combinadas en crescendo… fortísimos contrastantes
y silencios, cesuras, triplefortes saltos al vacío…
Tempo Presto, no te detengas… ya vuelve a la homofonía lineal…
ve calmándote… calma, corre el agua… calderón, unísonos,
pisar tierra, regocijo, solos, ¡aleluya!…
niente. ¿Cómo resuenan mil fermatas?... L.V…
Particularmente en este lado del universo, en la Pequeña Venecia, hemos venido recibiendo un entrenamiento a toda prueba por las innumerables limitaciones a las que hemos sido obligados en los últimos veintitantos años de política indefinible; devastadora en sus resultados para el progreso de la democracia y los recursos renovables y aquellos que no lo son; también para nuestro suelo, ecosistema y honra nacional.
Pasar por nuestro manual de ejercicios es la dinámica de quienes nos damos a la tarea, paso a paso, de sopesar cómo superar el día a día con cada prueba y cada amanecer. Nos hemos fortalecido y eso es invaluable. Algunas realidades son crueles y devastadoras. Si el cuerpo lo resiste es un «estira y encoje» de alta preparación.
A mediados de marzo nos invadió la angustia por la noticia del virus y sus consecuencias inmediatas, sin aguante ni espera, conociendo bien lo que es entrar en pánico. El Ying – Yang concedió permiso al planeta todo para mantener la soledad, el retiro y la templanza: todo un regalo para alimentar la concentración, el estudio, la investigación y la práctica musical.
Solitudine tan anhelada. Mi estado natural
La generosidad, el apoyo y los afectos insospechados se hicieron presentes. Invertir la polaridad según la capacidad de voluntad del ser es un reto magno y pleno. Así, acercándome a mis instrumentos —seres sacratísimos— libros, recuerdos, en tranquila contemplación, pude llenar el alma con escritos y motivaciones alimentadas por nuevas posibilidades creativas, propiciadas por artistas de la talla de Federico Ruiz, gran compositor y acordeonista, o Santiago Bonora, sanador de renombre y estudioso del increíble instrumento Theremin. Junto a ellos he escrito algo muy especial entre abril y mayo inspirado en la vida ilustre del Dr. José Gregorio. A las pocas semanas nos enteramos y celebramos la beatificación de nuestro médico sagrado.
A su vez, con Pilar Gispert, cuyo arte integra la pintura, escultura y el performance; figura referente nacida en Cataluña, criada en Bilbao, de gran trayectoria artística y fructífera labor en gestión cultural para nuestro Estado Anzoátegui (en Lechería específicamente) donde, además, ha representado la diversidad contemporánea en su propio Casa Dúo Centro Latinoamericano de Arte y Diseño. Pilar es una excepcional inventora de planetas e historias. Con total estima y aprecio mutuo, nos encantamos de los propios quehaceres, trabajando junto a la ingeniosa videógrafa Kelly Abarca, en algunas canciones de mi Colección en ocho idiomas, titulada FEMME COLLAGE; en especial, los temas en chino y alemán, «YÈ SI», con texto de Lî Bai (s. VIII) y «Bilbao» – «Cantando al pie de los Alpes» con poesía de Friedrich Hölderlin (1874–1940).
Conjunciones cosmogónicas jugaron su papel durante las Superlunas de abril y mayo; aunando a ello, la aparición tridimensional del HALO SOLAR fue otro momento suspendido para oír LA VOZ.
Durante estos meses proseguí configurando ideas, todas acompañadas por la Alquimia Mental propiciada a través de la fortaleza de espíritu, el amor de mis ancestros y las Enseñanzas Espirituales y Eternas recibidas desde mi adolescencia en la Gran Fraternidad Universal, institución fundada por el prominente sabio y místico francés, Maestre Dr. Serge Raynaud de la Ferrière y además, bajo la tutela estelar de un absoluto Maestro del Aquarius, Venerable Yogui y Amado Maestro Juan Víctor Mejías. Con esas emanaciones, cada paso, cada dolor, cada risa, cada llanto y pensamiento, se fueron fortaleciendo con los cantos desde la Bóveda Celeste, junto a mis afectos más preciados.
Así, como el aliento de rocío en amanecer esperanzado
Ante la lejanía física de mi hija, la brillante psicóloga Geraldine Henríquez Bilbao, quien todo lo da, todo lo transmuta, profetiza, medita, valora, revisa y pondera sabiamente, nos asistimos mutuamente en oración, palabra y ánimo.
La misma Geraldine que ha sorteado esta arpadura con total entrega y buena voluntad, transformando todo lo imposible en luminoso espectro. Ella, quien viene realizando sin reserva, sistemas de terapias diseñadas especialmente para pacientes con multiplicidad de discapacidades y condiciones, logrando obtener exitosos resultados.
Y junto a Ciel, mi pequeña niña-gata de ocho años de edad, cielo de mis cielos, mi compañerita de día y muy especialmente de noche, que es cuando ella más eléctrica se siente porque es un ser de Luz Blanca: encanto de ser felino con aguda comprensión de todo lo que acontece. Gracias a su relampagueante alerta me enteré del temblor que aconteció el pasado jueves 11 de junio a las 5:39 A.M, señal que avizoraba el evento, ya resonando en las copas del estante con acordes vidriosos y atremolados y de atmósfera estereofónica.
Metrónomo, papeles pautados, lápices, cronómetro, reloj, celular, luz, agua… elementos oxigenantes de mis pasos.
Comunicación fructífera con alumnos de la Universidad Nacional Experimental de Las Artes, sensibles jóvenes en sus primeros años de Composición, disciplina de tan exigentes condiciones. Sumergidos e ilusionados por crecer en sus mundos creativos tan íntimos y desconocidos.
Uno de ellos, con tan solo 18 años, sacó su morral de notas locales, logrando escribir una primeriza y elocuente obra para piano, no sin sufrir y penar una y otra vez al recibir tantas correcciones y exigencias de mi parte. Leonard continúa escudriñando dentro de su oído interno de piedra cruda para volver a su genuina pureza.
Silvio, ya con experiencias sonadas en cálidos instantes de amaneceres y ocasos sorprendentes, ha surcado mares insospechados, padeciendo a su vez los embates de alguna crítica despiadada y útil, sosteniendo inalterable fe en acertar. A viva voz emocionada creó su Solo para vibráfono… sorprendente, idiomático y novedoso.
Gabriel, joven entusiasta, vencedor de tantos imposibles, convirtió en factible su propio canto y voz al reencontrarse con su expresivo y siempre fiel instrumento: el corno. Así prosigue navegando con agilidad mental y gusto, contento por llegar a múltiples metas, dando forma a su vibrante obra coral, Aun Así…
Han sido multitudes cerebros elásticos clariaudientes, ávidos por descubrir el más allá del infinito.
¿Un mensaje? contemplar nuestro inner spiral, danzar, cantar, tocar, dirigir y ensamblar con quienes aprecien nuestra búsqueda, en cualquier género posible. Un clavier, es un ser clarividente.
Reconozco mi ser entero en Música sin clasificación y con todas ellas, aunando posibilidades y sin ninguna, en soledad total y más acompañada que nunca… por LA IMPRONTA QUE NOS FUERA CONCEDIDA para «cuarentenear», madurar, revisarnos y hacer consciencia.
Aprender a vivir con cada cambio, tambaleo y oscuro pasillo de estremecimientos anticipados en el recuerdo. Por lo no acontecido y a su vez ya vivido en meditaciones de autohipnosis, tránsitos presentes, pasados y a futuro. Por la fortuna de ser INYARRA = FUERZA reveladora del vigoroso apellido BILBAO.
En ¡paz y música!... con tonus splendoris.
Alquimia es el nombre de una mujer venezolana.
Comments