Los espacios de la música contemporánea en Venezuela y su difusión
- Círculo Nueva Música de Venezuela
- 4 feb 2021
- 4 Min. de lectura
Breve comentario sobre la generación de espacios para la difusión de la música contemporánea en Venezuela
Luis Sierra
(Compositor, pianista)
Vivimos en una época muy particular de la historia, son tiempos de cambios radicales en cuanto a la cultura y cómo nos vinculamos con el hecho artístico. La apreciación de la música por parte de la audiencia y su interacción con los valores que desee aprovechar de ella han participado de una serie de mutaciones que nos impiden definir cómo será disfrutada la música en el futuro próximo: ¿seguirán vigentes las actividades en teatros y escenarios donde el público escucha música «en vivo y en directo»?, ¿tendrán la misma fuerza e impacto que han gozado estas actividades durante ya algunos siglos?, ¿el video y las plataformas digitales gozarán de mayor preferencia por «las masas»?
Por ahora solo podemos reflexionar sobre estas cuestiones sin atrevernos a dar respuestas contundentes sobre qué le depara al mundo de las artes vivas (como el teatro, la danza y por supuesto, la música, entre otras). Sin embargo, de manera indiferente, la creación de espacios para las expresiones contemporáneas en la música, y mucho más, para la comunicación de los creadores musicales (compositores, arreglistas, improvisadores) interesados en transmitir un mensaje, es una búsqueda que se adapta al devenir de los cambios y debe ajustarse a cualquier proceso para así garantizar su vigencia y utilidad en la mayor cantidad de realidades posibles.
El compositor cumple una función fundamental en la cultura musical de nuestro mundo, es un bloque que estructura un universo de ideas sonoras dentro del edificio vibrante de eslabones que están incorporados en el pensamiento y el espíritu del hombre. En nuestro país, esta profesión y arte —muchas veces malogrado por la incomprensión e incluso desprecio— ha sabido resistir con entereza en sus luchas y siempre se alza con voz de oro por encima de las dificultades que cotidianamente vive. He aquí que planteo dos interrogantes que me rondan desde hace tiempo: ¿cómo están representados nuestros buenos compositores en los planes de estudio de instrumentos en las escuelas, conservatorios y universidades? y aún más importante: ¿los compositores venezolanos han sabido gerenciar la correcta difusión de su música a través de los medios disponibles en el país?... Por supuesto que esta última cuestión nos lleva a otro tema más amplio: ¿de qué medios dispone el compositor venezolano para comunicar su arte dentro y fuera de su país?
Los medios tradicionales para dar a conocer las obras musicales de los compositores son conocidos por casi todos: concursos, convocatorias, residencias artísticas y algunas otras oportunidades que se crean para ese fin. En Venezuela, este tipo de actividades se han reducido en gran medida, además de que no existe aún un medio editorial consolidado y dedicado exclusivamente a publicaciones musicales fuera de los esfuerzos personales y particulares de algunos compositores que se han tomado esa labor; es urgente que este tipo de realidades sean superadas en nuestro país, que se establezca un plan coherente de acciones para que se publiquen las obras de los nuevos y antiguos compositores venezolanos y de esta manera las orquestas, los coros y los solistas tengan un acceso vigente a nuestra música, así podremos comenzar a superar el gran misterio que suele reinar cuando se habla de música contemporánea en Venezuela, es un primer paso para que un gran número de obras se incorporen a los planes de estudio de instrumento y canto, de música de cámara y de coros; no podemos acarrearle completamente la responsabilidad de que mucha música permanezca oculta a la mala voluntad de los ejecutantes o directores, si no existe un medio real de difusión de las partituras. Esta es una primera etapa de soluciones al gran silencio que existe para con los compositores venezolanos de ayer y de hoy.
Otro elemento a fortalecer es la gerencia coordinada y el impacto que se le desea dar a la música contemporánea en Venezuela: además de evaluar qué obras deben constantemente incorporarse a los planes de estudio, se debe retomar como ley que las orquestas y coros toquen obras nuevas de nuestros compositores con frecuencia, que se estrenen por encargo o concurso, y que de esta forma se estimule y anime al compositor venezolano. El papel del compositor y arreglista debe tener un lugar de valor en toda agrupación, siendo así un gran apoyo para el intérprete y un observador sagaz que puede enriquecer el discurso musical y renovarlo constantemente.
Por último, existen infinitas visiones desde la perspectiva del compositor y el por qué de su oficio, pero hay una que creo de gran importancia en el panorama nacional venezolano: el compositor posee el privilegio de participar activamente en la creación de respuestas musicales para el intérprete (sean éstas de origen técnico o expresivo), por lo tanto, puede aprovechar ésta oportunidad para enriquecer el número de obras que, por ejemplo, necesita un pianista o un percusionista en su formación (sonatas, estudios, conciertos, piezas diversas). Tenemos en nuestras manos una enorme responsabilidad y compromiso, no lo desaprovechemos, veamos las necesidades e inquietudes reales que tienen nuestros intérpretes y pongámonos a la tarea de crear propuestas innovadoras que sean de gran ayuda y provecho para su estudio y ejecución.
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